Mi clóset musical



Es cierto que siempre hubo algún género que nos dio pena escuchar en público o siquiera revelar el gusto que sentíamos por él en algún momento, y yo no soy la excepción al caso. En realidad a mi no me disgusta ningún género en particular, soy muy abierto a escuchar cualquier tipo de música, puedo escuchar jazz, reggae, vallenato, punk, ska, etc; y  he llegado a veces a sentir pena por decir mis gustos musicales, porque no siempre he encontrado amigos que sienten la misma afinidad por la música que yo.

Mi closet musical es con 2 grupos en especial. A ninguno de mis amigos no les gusta Gondwana, les parece que es un grupo muy malo, con canciones tontas y sin sentido, sin embargo a mi me parece que es un muy buen grupo y sus canciones son excelentes. Cuando pongo mi celular en una reunión entre amigos, estoy muy pendiente de que no suene una canción de ellos, porque los conozco y me empiezan a molestar. Con el otro grupo que me pasa esto es con Binomio de Oro, para muchos es vallenato corroncho, pero a mí me parece que es buen vallenato, es más me atrevería a decir que es mejor vallenato que el que se está tocando ahorita, si en este momento me pongo a revisar mi iPod  voy a encontrar una gran cantidad de canciones de ellos. Pero casi siempre me toca ocultar el gusto que tengo por este grupo porque pasa lo mismo que con Gondwana, si mis amigos se llegan a dar cuenta de que ando escuchando al Binomio quien se los aguanta después. Cuando esto sucede uno con tal de no quedar mal se inventa cualquier excusa que pueda lograr explicar cómo fue que llego esa canción al reproductor o celular, entonces uno le echa la culpa hasta a la mamá diciendo que ella le cogió el celular para hacer algo y termino metiéndole música mala.

 








Cuantos no hemos hecho algo parecido para tapar cierto gusto por alguna música, me atrevería a decir que alguna vez en la vida habremos hecho algo por el estilo, echarle la culpa a la mamá o que fue un día que le dio la bobada o un sin número de excusas tontas que en realidad nadie las cree, porque no nos han pillado una sino varias veces escuchando esa música que nos da pena escuchar pero que no podemos evitarla.