La
música siempre ha inspirado diversas sensaciones, hay canciones que te
acompañan en ciertos estados de ánimo y te pueden ayudar a sobrellevar algún
momento de crisis, por ejemplo en el amor, también algún desahogo o
frustración. Pero, ¿Alguna vez se han pensado en que la música también puede
aumentar tu productividad en el estudio y en el trabajo?
Muchos de ustedes alguna vez habrán
escuchado su música preferida mientras están leyendo, estudiando para parcial,
haciendo ejercicios de matemáticas o escribiendo ensayos (en este momento estoy
escuchando mi música preferida). En cuanto a Según Teresa Lesiuk, creadora de
la investigación publicada en la revista Psychology of Music, afirma que siete
de cada 10 personas logran una mejor concentración y su estado de ánimo cuando
escuchan música durante su jornada de trabajo. A su vez explica que la música
favorece la producción de dopamina, hormona que genera un estado de bienestar,
relajación y concentración en la mayoría de las personas, es decir, influye en
nuestra salud física, mental y emocional.[1]
Sin
embargo no siempre tu género favorito puede ser el mejor para aumentar la productividad
a la hora de hacer alguna tarea, ya sea académica o laboral. La compañía de
insumos electrónicos, Sonos the Wireless Hi-Fi System, publicó un infográfico
que resume el estilo de música acorde para cada tarea en base a investigaciones
y encuestas.[2]Según
este estudio si su empleo requiere actividad física, por ejemplo deporte,
debería escuchar rock. Si por el contrario tu trabajo requiere quietud, puedes
escuchar la música que te guste aunque ellos recomiendan jazz, blues, barroco y
clásica. Dicen también que la música con ritmos muy fuertes no deberían ser
opción para quienes en su trabajo deben atender al público. Pero ¿Por qué será
que hay música que sirve en algunos trabajos y otra que no? La respuesta a esa
pregunta es algo sencilla, según Eric
Jensen, miembro de la sociedad de neurociencia, el dice “el impacto de la música también puede
sentirse en nuestro latido del corazón, con la medida de nuestro pulso, que
tiende a sincronizarse con el compás de la música que estemos oyendo. Cuanto
más rápido el compás de la música, más rápido nuestro pulso”. Lo que quiere
decir que si en este momento se pondrían a escuchar música con ritmos rápidos,
por ejemplo metal, su corazón va a empezar a latir más rápido, al contrario que
si sintonizaran una canción con un ritmo más lento, por ejemplo algo de blues,
su corazón se acoplara al ritmo de la música.
Un
estudio demostró que el escuchar las piezas de Mozart elevaba las capacidades
de los estudiantes de la universidad. A este experimento se lo denominó “El
Efecto Mozart”. En el libro “Aprendizaje Basado en Cómo Aprende el Cerebro”
(“Brain Based Learning”) por Eric Jensen. Este y muchos otros estudios han
demostrado que la música es un gran apoyo a la hora de resolver tareas diarias.
No sólo para los estudiantes sino para los trabajadores.
La
música aumenta la energía muscular; aumenta la energía molecular; influencia el
latido del corazón; altera el metabolismo; reduce el dolor; acelera la
sanación; ayuda en la descarga de emociones; estimula la creatividad, la
sensibilidad y el pensamiento[3]. Por estas y otra razones
es que vivimos el día a día con ella. Todos tenemos música que nos hace sentir
emociones tan fuertes que sería ridículo una vida sin ella.
Es
cuestión de escuchar la música en un volumen óptimo ya que se aíslan los demás
ruidos, lo que evita la distracción y permite la concentración en las tareas
diarias (académicas, laborales y del hogar). Por esto yo pienso que en
Colombia, alguna empresa interesada en mejorar sus niveles de productividad
debería implementar este experimento. Dejar a sus trabajadores escuchar la
música que quieran pero con un volumen adecuado, con audífonos para que no
incomoden a sus colegas. Hacer esto por lo menos por 2 meses para notar la
diferencia, si es que existe alguna, comparar resultados de la productividad
por esos 2 meses con respecto a meses anteriores y concluir. Según lo que he
dicho anteriormente hay una gran posibilidad de que la productividad aumente
por la razones ya dichas. También puedes experimentar tu mismo con tus
trabajos, si necesitas creatividad escucha música suave, jazz, blues, barroco;
si por el contrario tienes un trabajo de matemáticas, deberías escuchar música
repetitiva.